La Cueva del Sisimite

La Cueva del Sisimite, es una peculiar cueva ubicada en la Comunidad de San Ignacio, Municipio de Camasca, departamento de Intibucá.

Según relatos de los antiguos pobladores de la comunidad, la cueva fue habitada por un hombre o una especie de «gigante» que se comía a los niños.

Este aterrador ser que habitaba la cueva, fue asociado con el «Sisimite«, por eso la llamaron La Cueva del Sisimite.

En realidad, La Cueva del Sisimite sí existe, y a continuación leerá el Relato de la Licda. Caroll Portillo, aunque fue modificado por nosotros, según nuestro estilo.

Léala detenidamente y saque sus propias conclusiones; usted decide si cree que esto es verdad o es sólo una leyenda más de las tantas que conocemos en Honduras.

La Cueva del Sisimite – Leyenda

Lo que se dice que sucedió en la Comunidad de Camasca, dejó marcada la historia de esa comunidad para siempre.La Cueva del Sisimite Camasca Intibuca

Era una tranquila y poco habitada comunidad, por tal razón todos se daban cuenta rápidamente de lo que sucedía.

Cierto día, una Madre entró en desesperación cuando notó que su bebé había desaparecido, y por más que lo buscaron el bebé jamás apareció, lo que hizo que el pueblo entero entrara en pánico.

Al pasar los días, otro bebe que dormía tranquilo en una hamaca en el corredor de su casa tambíen desapareció; mientras su Madre estaba en la cocina haciendo el almuerzo.

Mientras unas Madres seguían buscando a sus bebes, les llegaba el turno a las otras; la tragedia se repitió hasta que casi todos los bebes del pueblo habían desaparecido.

Este abominable hecho tenía desconcertados a los habitantes del pueblo, ya que nadie tenía idea de lo que sucedía con las repentinas desapariciones de los bebes.

Trampa para atrapar al Sisimite

Una Madre desesperada que había perdido a su bebé; decidió investigar lo que pasaba y tenderle una trampa al ladrón de niños.

Hizo la figura de un bebé y lo rellenó con ceniza; lo vistió y abrigó como si fuera un bebe y lo acostó en una hamaca.

Luego ella se fue a la cocina. Cuando regresó a la hamaca el bebé de ceniza ya no estaba, pero no se asustó porque era justo lo que deseaba.

Le había hecho un agujero al muñeco por donde saldría la ceniza en el caso de ser movido de su lugar.

La astuta mujer, llamó entonces a los demás pobladores, les contó lo sucedido y juntos comenzaron a seguir el rastro de ceniza hasta llegar a una misteriosa cueva ubicada en lo más alto de la Aldea.

Esperaron allí pacientemente para descubrir quién vivía en aquel lugar; y todos sorprendidos vieron salir de la cueva a una extraña criatura que jamás habían visto.

Era un raro ser muy alto y delgado con los pies deformes ya que los tenía volteados hacia atrás. Al verlo, los pobladores se aterrorizaron porque dijeron que era el «sisimite».

Idearon un plan para prenderle fuego a la cueva y que aquel extraño ser muriera quemado dentro. Sin embargo, al sentir el fuego el sisimite salió por la parte de arriba de la cueva.

Unos dicen que la bestia era tan grande que cuando salió de la cueva su primer paso fue a dar a la Comunidad de San Isidro; hoy conocida como «Quepatas» y el segundo paso lo dio en el Volcán Sensuntepeque, de El Salvador…

Después de esto, la paz volvió a la comunidad, aunque nadie jamás podrá olvidar lo sucedido ya que los bebes nunca aparecieron.

La Cueva todavía existe, pero del extraño y espeluznante ser jamas volvieron a saber.

 

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